El 30% de las contraseñas en España se pueden hackear en milisegundos

Una de las mayores fuentes de ingresos de los grupos organizados deciberdelincuentes proviene del robo de contraseñas y credenciales de acceso a aplicaciones digitales. El negocio está en el uso de estos datos. Es decir, acceden al email o a las redes sociales de una persona y, a partir de ahí, empiezan a timar a sus contactos o bien, a chantajear al dueño de esa cuenta.

Se trata de un modus operandi sencillo. Sin embargo, para que el negocio funcione, los hackers necesitan conseguir miles de usuarios y contraseñas. Esto es porque para ellos, la ‘gallina de los huevos de oro’ está en timar al mayor número de personas simultáneamente. En lugar de sustraerles grandes cantidades de dinero, lo que hacen es robarle sólo un poco a mucha gente, que es más productiva y más difícil de perseguir por las autoridades. Y en todo esto, la clave está en la baja seguridad de las contraseñas de la gentel.

Seis de cada diez usuarios, dan mucha importancia a las contraseñas que utiliza para acceder a sus plataformas digitales. No es un mal dato, si se compara con los estudios realizados hace diez años. Pero sigue siendo preocupante que todavía haya tantas personas que no son conscientes del grave riesgo que supone que unos hackers consigan una o todas sus contraseñas digitales.

Sobre todo, si se tiene en cuenta que los cuatro de cada diez usuarios restantes, aquellos que no le dan importancia a sus contraseñas, están dejando, literalmente, la puerta abierta para que cualquiera pueda meterse en su vida digital.

Casi el 30% de la población en España, usa siempre la misma contraseña para todo, o bien utiliza una única clave a la que mete variaciones. Nos referimos a esas personas que utilizan, por ejemplo, la contraseña “Sésamo” y luego le añaden “facebook” o “email” o “netflix”.

Estas contraseñas son pan comido para los cibercriminales. Hay que tener en cuenta que en gran parte de los casos, los hackers forman parte de organizaciones de delincuentes con más recursos económicos que la mayoría de las empresas del mundo. De hecho, hay bandas que tienen más presupuesto para el cibercrimen que el que destinan algunos países a la ciberseguridad.

Por todo ello, las herramientas de inteligencia artificial y machine learning con las que trabajan, son capaces de descifrar en milisegundos todas las variaciones de la contraseña de una persona con sólo hacerse con una de esas claves.

Además, es muy habitual que se filtren bases de datos en la dark web con miles e incluso millones de usuarios y sus contraseñas en la Dark Web. A veces los hackers las compran, pero en otras ocasiones se ponen online y son accesibles para cualquier persona que tenga simplemente ligeros conocimientos de informática.

“Es algo así como si dejásemos una copia de la llave de nuestra casa junto a su dirección accesible para todos los ladrones de viviendas del mundo. Para ellos robarnos sería tan sencillo como ir a nuestra casa, introducir la llave y entrar para llevarse todo lo que quieran. Por ello, al igual que en nuestra casa ponemos una cerradura anti robos y no dejamos la llave puesta por fuera, deberíamos tomarnos la ciberseguridad muy en serio. Para ello, el uso de software para la gestión de contraseñas es realmente importante”