Tus dispositivos también podrían ser víctima de WannaCry

Cosas que pueden robarte por ransomware que nunca hubieras imaginado

En los últimos meses, el ransomware se ha convertido en una de las peores pesadillas en todo el planeta. Primero, por el virus WannaCry, que mantuvo en jaque a la mitad del mundo durante días. Segundo, por el robo que sufrieron los estudios de Disney. En concreto, unos cibercriminales accedieron al servidor de la productora, robaron uno de sus próximos estrenos y, pedían un rescate multimillonario a cambio de no difundir el archivo por Internet y mandar al traste con el lanzamiento de la cinta.

En efecto, el ransomware va más allá del robo económico. Sin ir más lejos, los hackers que desarrollaron WannaCry se sirvieron de una herramienta que habían robado previamente a la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (por sus siglas en inglés NSA), denominada Eternal Blue, para difundir el virus a escala global.

Secuestro de tu microondas

Pero no hace falta ser una agencia de espías norteamericana para que sufras un ataque de ransomware. Cada vez contamos con más dispositivos conectados a la red con los que manejar objetos cotidianos en nuestras casas, como las persianas, la calefacción o la iluminación. Toda esta amalgama de mini-ordenadores conectados, conocida como el Internet de las Cosas (por sus siglas en inglés IoT), es como una puerta abierta de par en par en tu casa para los cibercriminales.

¡Cuidado con los dispositivos electrónicos!

Principalmente, esto se debe a que la mayoría de estos dispositivos se han diseñado sin tener en cuenta los factores de ciberseguridad para ahorrar costes de producción y costes de mantenimiento. Los hackers saben bien que con un pequeño esfuerzo pueden controlar casi cualquier dispositivo electrónico que haya en tu casa.

Si eres un early adopter, ya tendrás en tu casa una webcam para ver a tu bebé mientras duerme, o tendrás alguno de esos dispositivos con los que comprar productos de primera necesidad a través de Amazon Prime Now. Si no lo eres, descuida, en pocos años la inmensa mayoría de tus electrodomésticos estarán conectados a Internet.

En este sentido, “antes de comprar un dispositivo doméstico que tenga cualquier tipo de conexión a Internet, es muy importante comprobar qué tipo de conexiones tiene a la red e incluirlo en los dispositivos a vigilar de tu antivirus doméstico”, advierte Hervé Lambert, Global Consumer Operations Manager en Panda Security.

Utilizar tu ordenador como ‘mula’ para difundir un virus

Algo parecido ocurre con los dispositivos ‘típicamente hackeables’ que tenemos en casa, como los móviles y los ordenadores.

La mayoría de la gente suele pensar que no almacena en su ordenador o móvil nada por lo que le vayan a chantajear. Por esta razón, no toman grandes medidas para mantener la privacidad de sus equipos. Sin embargo, los cibercriminales aprovechan esta falta de seguridad en ordenadores y móviles de personas corrientes para infectarlos y usarlos a su antojo.

Una vez han entrado en esos dispositivos, los hackers instalan un malware que les permite manipularlos en remoto para esparcir virus y ransomware en cientos de ordenadores sin dejar prácticamente huella de su ataque. Es más, los primeros en ser investigados por la Policía, con todos los trámites que esto conlleva, son los dueños de los ordenadores que los cibercriminales han usado como ‘mulas’.

Convertirte en Scarlett Johanson durante unos días

Aun así, los archivos multimedia son, para los ciberdelincuentes, unos de los ‘trofeos’ más golosos que solemos guardar en nuestros dispositivos. Sólo cabe recordar los ataques que sufrieron estrellas como Scarlett Johanson en los que les han robado, y posteriormente difundido, fotos en situaciones comprometidas.

De nuevo, no hay que ser una estrella de Hollywood para ser víctima de un ataque de ransomware. Son muy habituales los robos de contraseñas de redes sociales en los que los hackers chantajean a sus víctimas para que les paguen un rescate bajo la amenaza de difundir mensajes y fotos personales a todos sus contactos.